Pienso que es importante entender que la sexualidad sana es un indicador de salud, de la calidad de vida de la población y de su felicidad. Como decía Wilhelm Reich (uno de los padres de la revolución sexual y el precursor de la sexología), “el individuo psíquicamente sano disfruta del sexo libremente, sin traumas o inhibiciones, al igual que un individuo con una sexualidad libre y sin traumas, disfruta de una psique sana”. Es decir que la sexualidad es la base de todo, es la fuente de vida, ya que somos seres sexuados.

Para alcanzar la necesaria naturalización de nuestra sexualidad, es importante entender en primer lugar, a qué nos referimos cuando hablamos de sexualidad. La sexualidad es una parte primordial del ser humano, es un concepto amplio que modula la percepción que las personas tienen sobre sí mismas y del mundo del cual forma parte. Se relaciona con la autoestima, con el placer, los sentimientos, la moral, con las costumbres, con la religión, las creencias, con el proyecto de vida, el género, con todos y cada uno de los elementos que constituyen nuestra identidad y nuestra vida social. La sexualidad abarca como nos sentimos con nosotrxs mismxs, como nos relacionamos, el grado de seguridad con nosotrxs mismx, la actitud, etc. Es el conjunto de emociones y conductas vinculadas a la búsqueda del placer…

En nuestra sociedad, el sexo sigue siendo un tema tabú, por lo que adquirir una sexualidad sana y consciente se ha hecho muy difícil. Por otro lado, la invisibilización de la sexualidad de la mujer durante toda la historia, ha anulado el deseo y el placer erótico, llevándonos a un desconocimiento de nuestro cuerpo y de la cantidad formas que nuestro cuerpo puede experimentar placer. También el sistema patriarcal ha inculcado en nosotras, durante siglos sentimientos de vergüenza y culpa respecto al sexo.

Me parece muy importante cuando hablamos de sexualidad, hacer un inciso para incluir a todas las personas. Es fundamental salirnos de la estructura binaria de género, que clasifica a las personas en dos géneros, correspondientes al sexo masculino o femenino, excluyendo a todas las demás que no se clasifique o no encaje en ninguno de ellos. Por ello esta mención de la represión a la sexualidad femenina me gustaría incluir también, a todas aquellas personas transgenero, intersexuales, homosexuales, etc. y todxs aquellxs que no se identifican con el binarismo de genero establecido.

Ya que hemos hablado de mujeres, partiendo de esta lógica binaria, me parece necesario mencionar la realidad de la sexualidad en los hombres, es decir la masculinidad. Durante la historia de este sistema patriarcal se ha encasillado a los hombres en un rol de masculinidad, en el cual siempre tienen que estar dispuestos, siempre fuertes, valientes, siempre activos, duros, dominantes…, desconectándolos totalmente de la intimidad y del amor. Por ello es todo un reto y una muestra de amor hacia la vida, el desconectarse de este rol impuesto y abrirse a la escucha, a la sensibilidad, a la dulzura, al no hacer y al amor.

Todos estos procesos y la pornografía tradicional que excluye la sexualidad femenina, nos han llevado a un sexo inconsciente y mecánico, dificultándonos alcanzar una vida sexual plena, alejándonos del disfrute y de la expansión del placer eterno como objetivo primordial del encuentro sexual. Pero sí por el contrario tomamos como máximo objetivo el disfrutar y experimentar diferentes formas de placer, con una sexualidad plenamente consciente, disfrutaremos y experimentaremos el éxtasis en cada uno de los encuentros sexuales.

Por todo ello, creo de gran importancia que nuestra sociedad pueda llegar a naturalizar la sexualidad por completo, para poder alcanzar una sociedad, más libre, con más amor propio y con más conciencia. Para lograr una sociedad con una sexualidad sana, plena y libre solo hay una forma según mi punto de vista, y es volviendo a nosotrxs, aceptándonos y amándonos a todos los niveles de nuestro ser, aceptando y amando nuestros cuerpos, nuestra forma de ser, abriéndonos por completo al placer, sin vergüenza, sin culpa y desde esta frecuencia podremos normalizar otra sexualidad llena de amor, de dulzura y de creatividad. Y por consiguiente relacionarnos con nosotrxs mismos y con el mundo desde la ternura, la conciencia, el respeto, el cuidado y el amor.

¡AMÁNDONOS, NATURALIZAREMOS Y LLENAREMOS DE CREATIVIDAD NUESTRA SEXUALIDAD!

Por Sonia Kala · Sexóloga y Facilitadora de Tantra

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