Trabajando la reflexología en consulta, muchos clientes comentaban qué les sonaban las tripas y me decían: pero si no tengo hambre ¿por qué me rugen las tripas? La respuesta es que trabajando la reflexología conseguimos una relajación y un efecto directo sobre su nervio vago.
¿Cómo podemos ayudar trabajando el nervio Vago con la Reflexología Podal?
El nervio vago se encarga de expresar las sensaciones de tu garganta, lengua y oído, reduce la intensidad de tu ritmo cardiaco y calma tu respiración, ayuda a regular tu digestión, es decir lleva a cabo funciones motoras, regula la actividad de los riñones y del hígado colaborando así a mejorar tu sistema inmunológico.
Recordemos que el nervio vago es el 10º de los 12 pares craneales, el más largo del cuerpo, nace en el bulbo raquídeo y desciende por el cuello, desarrollándose en dos ramas que llegan hasta el abdomen pasando por los diferentes órganos, oído, boca, garganta, corazón, estomago, hígado, riñones, intestinos…
Este par craneal se divide en dos: el nervio vago derecho y el nervio vago izquierdo y entre ellos se encargan del 75% de las funciones del sistema parasimpático, por ello es el nervio más importante ya que es el encargado de regular nuestras respuestas de descanso.
¿Cómo podemos saber si necesitamos trabajar nuestro nervio vago?
Si estamos estresados o nos sentimos ansiosos o si percibimos: sensación en la lengua diferente, sensación en el oído (no tiene porque ser doloroso), dificultad al tragar o sensación de tener algo en la garganta, problemas en las digestiones, náuseas, no percibir los sabores de los alimentos, cambios repentinos del ritmo cardiaco, tensión en los músculos faciales, dificultad para verbalizar algo cuando estás estresado o cuando nos cuesta relacionarnos socialmente.
Algunos artículos dicen qué ayudamos a relajar o trabajar el nervio vago a través de una sana socialización ya que el nervio vago se activa cuando estamos frente a otras personas y necesitamos regular las expresiones faciales, por lo que una forma de estimularlo es a través de movimientos faciales específicos. Seria recomendable por tanto otras actividades cotidianas como cantar, hacer gárgaras, respiraciones profundas, pero no olvidemos que también se puede activar-ayudar a través de la Reflexología Podal y el consumo de probióticos.
Os recomiendo para ayudar a relajar este nervio, intentar tener una actitud diferente ante la vida (no es lo que sucede sino como vivo yo lo que sucede) y si esto nos cuesta en estos momentos mira como te puedes ayudar tú a través del masaje reflexológico en los pies.
Rafi Tur.
Titulada superior en terapias naturales por el Real centro Universitario el Escorial
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